domingo, 14 de junio de 2009

¿Nacionalista sin ser Independentista?

Francisco B. Carrera
Secretario Nacional de Comunicación del BNA
El café y el periódico de por las mañanas era un uso burgués que democratizado se ha convertido en una costumbre obrera realmente positiva, es un gesto que en realidad debe ser casi imprescindible para una actividad de conciencia social y política constante y cotidiana. Cada mañana me amarga el café una noticia, entrevista o reportaje distinto, pero esta mañana me ha sabido especialmente mal el nudo de la entrevista que el Diario de Sevilla ha publicado con el “líder" del andalucismo, al menos de lo que fue en su momento el Partido Andalucista, Alejandro Rojas-Marcos, http://www.diariodesevilla.es/article/andalucia/447954/me/encantaria/volver/la/politica/pero/no/puedo.html en el que el ex alcalde de la Capital de Nuestra Nación dice, agárrense, que: “Mi patria es Andalucía, pero respeto a España; no soy independentista”. Viva la contradicción, mas aún cuando unas líneas antes opina que UPyD “no puede ser una alternativa al voto andalucista, ése partido es todo lo contrario, es un símbolo del nacionalismo españolista”; en esto estamos completamente de acuerdo, pero resulta extraño que critique el nacionalismo españolista un “nacionalista contradictorio”. Si este es el ejemplo de la conciencia andalucista, en la que el nacionalismo andaluz es compatible con el nacionalismo español, vamos mal, sencillamente, vamos equivocados. A raíz de tal perla soltada por el ideólogo del regionalismo positivista, que tanto recuerda a los conceptos manidos y realmente fascistoides de “patria chica” y “madre patria”, (viva también la redundancia aliterante) he tenido que reflexionar un poco.
¿Es posible ser nacionalista sin ser independentista? Sinceramente, creo que no. Quizás pueda un nacionalista no pretender la independencia de una manera inmediata, pero la conciencia de nación conlleva, necesariamente, la opinión de que esa nación, fundamentada en los principios identitarios que la convierten en lo mismo, no puede tener otra forma de administración que no sea la de la dependencia de sí misma. Quien crea en su Nación se obliga a sí mismo a creer en el futuro y en la capacidad autogestionaria de la misma. Reconocidos de forma internacional, si bien casi nunca aplicados, los Derechos de los Pueblos no sólo comprenden la Autodeterminación y el Autogobierno, sino también la mayor competencialidad administrativa lograda progresivamente, y he ahí el gran problema del nacionalismo andaluz actual: el conformismo. El renacimiento de los movimientos del 4 de Diciembre topó con un obstáculo prácticamente insalvable: la capacidad del españolismo para conformar y aletargar a la población con la máxima de que “ya está todo conseguido”. Mientras que en los dos Estatutos de Autonomía se mencionan las “mayores cotas de autogobierno posibles”, no son precisamente estas las que se pretenden alcanzar desde las administraciones autonómicas. En el marco estatutario y estatal, las mayores cotas de autogobierno son las fijadas, en realidad impuestas, por un sistema basado en la subyugación de la soberanía y la limitación de las competencias autonómicas, lo cual no puede ni debe ser aceptado por quien realmente se sienta nacionalista, más aún cuando ni siquiera todas las competencias marcadas en ése marco son asumidas de una manera real por la Autonomía otorgada (explícase, otorgada, una dádiva generosa del estado español como limosna a un pueblo que está arropado por el magnánimo manto del Rey de las Españas, entiéndase la ironía) a Andalucía. “En éste momento –nos dicen- éstas son las mayores cotas de autogobierno alcanzables”, y con eso nos conformamos. Es el marco del estado español, instituido en la Constitución, documento esgrimido por el españolismo como si se tratase de la Biblia, una Sagrada Escritura inspirada por la Divina Influencia de la Diosa Monarquía Parlamentaria, por supuesto en un estrato olímpico superior al de la Democracia (sigamos con la ironía) y absolutamente intocable. Si alguna vez es reformada la Constitución, será para tratar el importantísimo tema de que pueda ser la hija y no el hijo del Rey quien herede la corona de las Españas, pero por supuesto que a nadie se le ocurra tocar el que exista tal corona, ni la administración territorial, ni muchísimo menos eso la Gran Verdad irrevocable de que “España es la Patria común e indivisible de todos los españoles”. Con éstas máximas, está claro que las mayores cotas de autogobierno posible son únicamente las otorgadas por el estado español a las pequeñas nacioncitas que sin él no podríamos ser nada. (mas ironía, por favor) Sin embargo, es tan simple como que lo posible no es lo impuesto. El Mayor autogobierno posible para una Nación no es otro que el avance progresivo en las competencias autóctonas hasta conseguir la soberanía plena y el autogobierno real y sin ataduras, sin depender de una financiación externa y sin unas imposiciones no adquiridas por propia voluntad que coarten la libertad de gestión de los órganos administrativos de la Nación. Resumiendo: ser nacionalista puede no significar el pretender la Independencia, como digo, de una forma inmediata, pero si, inevitablemente, el pretender que la capacidad autogestionaria avance progresivamente hacia una soberanía real y un autogobierno pleno, convergiendo necesariamente en la independencia a largo plazo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola buenos días. No os conocía, pero prometo seguiros con frecuencia.
La entrevista a Rojas Marcos es una gran entrevista, con mejores respuestas. No perdáis el norte. Define perfectamente la realidad de Andalucía. Mis problemas no son la Central Térmica, ni los Transgénicos, ni la letra del Himno de Andalucía. Mi problema es que Identidad de mi Pueblo ha sido usurpada por el Estado Español, y la Andalucía más profunda, es la que más se identifica con España. Hablamos de sentimientos, no de propuestas verdes o ecologístas que hacéis en vuestro partido y en otros partidos andalucistas. Esa no le interesan a mi generación, porque ya somos conscientes de lo verde y lo ecológico. Me interesa inculcar desde la Educación, que la IDENTIDAD de Andalucía es la que España le ha robado para expandirse por el mundo.
¿se puede ser Nacionalista sin ser independentista?. El independestismo es una fase final del nacionalismo. En Andalucía apenas existe nacionalismo. Nos quedan varias generaciones. ¿¿Adonde vamos pidiendo la independencia??

Un abrazo,
gencat.

Anónimo dijo...

Pero hombre, en el progreso de los pueblos hay estrategias, el andalucismo es eminentemente federal, otra cosa es que Andalucia como pueblo, y me parece que en eso todos los andalucistas estamos de acuerdo, tiene derecho a su autodeterminación. Recordad la antigua Yugoeslavia, un república federativa destrozada.
¿Es posible hoy la independencia ?
Unamos las taifas primero.
Yago de Asis

Anónimo dijo...

Todo comenzo cuando ya existia Andalucia y España no ha existido, solo recientemente, este es un invento Españolista de Una Grande y libre, yo digo que la peninsula es plural, muchas naciones, y oprimida y cautiva.
Derecho a la autodeterminacion.
Derecho a decidir por nosotros.
Derecho a que ni ningun burocrata de Madrid nos imponga nada.
Derecho a elegir nuestro destino y futuro.
Hay alguien al que le gustaria que otro decidiera por el.
Ese es un ejemplo muy sencillo.
VIVA ANDALUCIA LIBRE DE ESPAÑOLES